Hace muchos años, más de 20, cuando empecé a trabajar en la hostelería, un día apareció a la hora del menú, un albañil de los que años después se convirtió en promotor y ganó pasta, a costa de vender pisos a precios estratosfericos, gracias a los bancos que daban dinero a mansalva, por culpa.............lo dejo que me caliento,esa es otra historia.
A lo que vamos, aparecido, con lo que pensamos que era un maletín, pero no, resultó ser un teléfono. Todos los presentes nos quedamos embobados mirando que era aquello que llevaba en la mano, lógicamente se produjeron los típicos comentarios de un bar, que si eso era inútil, que como mucho para cuatro ejecutivos, que si eso nunca lo veríamos para gente normal, que si la chica de la mesa de al lado tenia unas perolas descomunales..........bueno eso solo lo pensé yo, ya se sabe, era joven y las hormonas funcionan demasiado.
Con el tiempo se demostró que todos nos equivocamos, (yo menos, por que la chica sigue teniendo tetas como melones.)Pero claro, era la novedad y aunque llevaba ese armatoste, el tío era
el rey del mambo. El teléfono que llevaba era tal que así.........
Afortunadamente para todos, una vez que se abarataron las tarifas, y casi todo el mundo pudo permitirse un teléfono estos tendieron a hacerse más pequeños de tamaño, cosas de la miniaturizacion, era eso, o quedar todos reventados de la espalda. Así que los teléfonos se fueron haciendo más y más pequeños, tal que así.....
Ahora habían cambiado las tornas, ¿quiénes eran los reyes del mambo?, los que tenían el teléfono más pequeño, todo el mundo quería un pequeño teléfono, total, para hacer cuatro llamadas, y mandar un par de mensajes, cuando más pequeño mejor, eso sí, si se le iluminaba la carcasa mejor que mejor. Así que los reyes del mambo, pasaron a ser, los que tenían un teléfono tal que así.
Con estos teléfonos las mujeres te miraban con ojos de deseo, los hombres con envidia, cada vez que lo sacabas del bolso aunque sólo fuera, porque te molestaba en la ingle sentías un respingo de satisfacción, y qué decir si te llamaban por teléfono, cosa rara, delante de más gente, te convertías en la persona más feliz del mundo, y mirabas a los demás con desden. Tu y tu mini telefono, uña y carne.............la vida te sonreía.
Pero esos tiempos ya pasaron, ahora las cosas vuelven a cambiar, pero eso lo veremos en la segunda parte.
Saludos chigreros.
